Hablar de este ámbito de actuación o de innovación social no es nada novedoso, quizás la mayoría de los colectivos o movimientos sociales surgidos al amparo de búsqueda de cambios o reivindicaciones podría denominárseles de esta manera. Incluyendo filósofos y sociólogos que adelantaron teorías aun por coexistir en el actual entramado de necesidades de cambio.
El matiz diferencial esta en varias categorías que analizaremos e integraremos con el ámbito del diseño multidisplinar y sobre todo conceptual, por no decir en la propia autorresponsabilidad ciudadana, democrática y en algunos casos asamblearia que predica con el ejemplo antes de pedir al papá estado que solucione sus problemas.
La innovación social ha sido evocada en los escritos de pensadores sociales tales como Peter Drucker –un referente indiscutible del Management– o Michael Young –fundador de la Open University– durante la década de los sesenta. También apareció en la labor de escritores franceses en la década de los setenta, por ejemplo, Pierre Rosanvallon, Jacques Fournier, y Jacques Attali (Chambon, David y Devevey, 1982). Sin embargo, existen precedentes mucho más antiguos.
Incluso parecería sacar del aprieto a los sociólogos que durante décadas han adoptado posturas analíticas y poco dadas a la mecánica propositiva. Los políticos y los denominados Think-tank –financiados en su gran mayoría con dinero publico- se han quedado anclados alrededor de un circulo de favores que merecen mas la consideración de talibanes o dinosaurios que de innovadores cuando no cementerio de elefantes.
La disciplina de la arquitectura, los emprendimientos de nuevas tecnologías y el diseño, en general la creatividad e innovacion, parece haber tomado buena nota de las posibilidades de generar sinergias en un ámbito donde escasean los recursos y los apoyos políticos se ven mermados por la falta de formación y adecuación al medio. El diseño conceptual es difícil trasladarlo al ámbito participativo y cuanto mas al político, si bien el urbanismo en su escasa historia ha profundizado algo mas en la relación del territorio, la sociedad, los recursos y la generación de soportes útiles a un mejor equilibrio de los asentamientos colectivos.
De esta manera, hasta hace muy poco cuando la abundancia en recursos y medios era patente, se creía que la tecnología salvaría al mundo de sus desastres. Surge la crisis y esta eclosión tecnócrata de factótums se caen con sus presupuestos públicos los investigadores y la I+D+i. Recuerdo haber asistido a seminarios donde se hacia mención y se traían ejemplos “ … lo ven, una inversión en I+D - no se olviden de la i pequeña ! – ven el éxito de de tal o cual multinacional basado en su inversión en investigación …”. Ningún emprendimiento accesible al ciudadano medio y mucho menos que creen pequeñas cedulas de apoyo. Todos los ejemplos y teorías de revolución industrial postmodernas pasaron por la teorías del Just-Time o las teorías modernas del marketing y management basados en los grandes proyectos multinacionales de, primero la industria armamentística, el coche, la farmacéutica y la era digital de la Tv en adelante. Todo esto ha muerto, no sirve. Ahora todos los Tv del mundo se pueden fabricar en un pueblo de nos mas 10.000 habitantes.
Entre medio los estudios de arquitectos tomaban unas dimensiones increíbles. Las facturaciones se multiplicaron en la mayoría de los casos por diez, por cien o por mil. Había dinero circulando y el proyecto de arquitectura encajaba en un porcentaje de alrededor del 10% del presupuesto total. Tras la crisis los estudios se vaciaron y algunos de ellos optaron por alquilar puestos de trabajo e incorporar el manido grupo transdiciplinar por falta de compañeros que pagaran por el mantenimiento del espacio.
Uno de los primeros estudios en España que visite al inicio de la crisis fue GrupIdea de Barcelona, el proyecto era tan atractivo, el estudio tan envolvente y tan esperanzador que estuve a punto de probar por algunos meses. Un estudio de unas dimensiones optimas con un plantel de proyectos y sobre todo las posibilidades de innovar y trabajar en coworking mientras hacías networking. Su descripción reza así: GRUP IDEA es una empresa de servicios especializada en arquitectura corporativa. Ayuda a vender a sus clientes con imaginación.
Pero muchas cosas han cambiado desde entonces, conceptos nuevos y la propagación viral han ejecutado un rápido progreso necesario. Si la energía estaba durante este periodo pasado en los bancos, las subvenciones publicas y las grandes inversiones del estado. Esto ha acabado, al menos por alguna década que otra, mientras se amortiza el gran fiasco. Ahora queda narrar la historia una y otra vez y aprender de ella. Pero sobre todo pensar que con escasos recursos se puede hacer mucho por el bienestar de la gente. Queríamos traer un nuevo concepto de espacio de trabajo colaborativo que puede ser el futuro.
En Eutokia pueden definir de una forma sencilla la innovación social como aquellas nuevas ideas e iniciativas que permiten afrontar los retos de nuestra sociedad. Retos grandes o pequeños, en ámbitos como el medioambiente, la educación, el empleo, la cultura, la salud,…
“En EUTOKIA, como catalizador de la innovación social, deseamos facilitar las condiciones que permitan concebir nuevas ideas para el bien común de nuestra sociedad. Queremos agitar y despertar la capacidad creativa que toda persona poseemos… y ponerla en acción.
Para conseguirlo, EUTOKIA se posiciona como un lugar frontera, un espacio de conexión entre personas, organizaciones, sectores,…, provocando, a través de diversas dinámicas y actividades, conversaciones y el conocimiento de las distintas realidades, estimulando nuevas formas de pensar y de hacer, y convirtiendo esas ideas en proyectos e iniciativas concretas sobre las que experimentar y provocar cambios y transformaciones, proporcionando respuestas a retos actuales de nuestra sociedad.”
Tenemos ante nosotros una enorme oportunidad de reinventarnos, concibiendo y llevando a la práctica nuevos modelos de organización, nuevos sistemas, nuevos productos y servicios. Tenemos ante nosotros un nuevo y gran espacio emergente que requiere ser atendido por personas, organizaciones e instituciones, conscientes y responsables de su papel en la sociedad.
Así, necesitamos proyectos empresariales sólidos y con visión de futuro, con modelos de negocio y de organización que huyan de modelos de “beneficio individual rápido y a cualquier costa”, que integren desde su concepción claros objetivos sociales y un nítido respeto medioambiental. Necesitamos instituciones públicas y organizaciones sociales que encuentren en el mundo empresarial referentes para aprender en la gestión de los recursos, por poner un ejemplo. Necesitamos sectores o modelos híbridos, más eficientes y eficaces que los actuales, y que aglutinen lo mejor de cada uno, dando forma a un incipiente cuarto sector.
Para ello, necesitamos nuevas ideas que se conviertan en iniciativas concretas llevadas a la práctica, y que actúen como referentes para nuevas ideas e iniciativas.
Necesitamos nuevos emprendedores sociales, trabajando en la empresa, en el movimiento asociativo, en las instituciones públicas, en la universidad,…, líderes auténticos, con visión y capacidad para convertir las aspiraciones explícitas e implícitas de grupos o colectivos, en proyectos realizables.
Necesitamos inversores conscientes, públicos y privados, que estén dispuestos a invertir su capital en el desarrollo de tales proyectos.
Necesitamos nuevas políticas, programas y acciones, que estimulen y faciliten desde el ámbito público las innovaciones sociales, modificando si fuera preciso normativas y legislación vigente…
Estamos entrando en un mundo apasionante. Estamos ante una gran oportunidad que desde eutokia queremos aprovechar”
Dentro de esta red asociada a eutokia esta REAS Euskadi que es una red nacida en 1997 que agrupa a más de 40 empresas y entidades sociales que promueven una economía al servicio de las personas y su entorno.
Desde el compromiso con los 6 principios de la Carta Solidaria, pretende fortalecer –desde la perspectiva del desarrollo humano sostenible– las propuestas colectivas que persiguen la transformación de la sociedad y, particularmente, de la economía en sus diferentes facetas: financiación, producción, comercialización y consumo.
Impulsa una red de empresas solidarias y aplica herramientas de auditoria social e instrumentos de mejora de la calidad, además de fomentar el consumo responsable y el comercio justo y ecológico. Apoya, así mismo, el desarrollo de recursos financieros éticos y solidarios, además de promover la sensibilización ciudadana, haciendo hincapié en la educación para el cambio y la participación social.
Se coordina con otras redes de economía solidaria locales, estatales y mundiales y, dentro de la sociedad civil, apoya las diversas iniciativas y movimientos ciudadanos que persiguen la construcción de una sociedad y un mundo más equitativo, solidario e inclusivo.
Reas Euskadi desarrolla diferentes líneas de trabajo:
Otros Colectivos como AMASTÉ como oficina de ideas especializada en articular procesos y dispositivos de mediación, relacionales y participativos, que fomenten la imaginación, la reflexión activa y el espíritu crítico, en ámbitos como innovación social, juventud, cultura, emprendizaje, alfabetización mediática, desarrollo de territorio, etc.
Trabajan aplicando estrategias transversales a medio camino entre la comunicación para compartir, la pedagogía basada en aprender del otro/a y el desarrollo colectivo, la gestión cultural como herramienta de acción política, la consultoría sin demasiada metodología, la guerrilla del marketing, la práctica artística comprometida con su tiempo, el diseño no sobre-diseñado, la sociología más cotidiana y otras dinámicas relacionadas con la creatividad aplicada y el I+D+i socio-cultural.
En esta linea esta el Centre for Social Innovation en Toronto, Canada que ha introducido un matiz diferencial al ámbito del coworking y del emprendedor en una necesidad colectiva de optimizar los recursos de factor humano. Si el abordaje de un emprendimiento en el pasado estaba basado en un producto-servicio diferencial de marca o connotaciones cercanas a la exclusividad, este nuevo centro parece abordar el potencial emergente de ser un centro de emprendedores, incubadoras de empresas, formación, puesta en contacto y apoyos para lograr hacerlas efectivas de una manera colaborativa y en abierto. El factor diferencial esta en hacer rentable el producto-servicio denominado social.
El CSI abrió sus puertas en junio de 2004, y hoy ya es uno de los hubs de emprendedores sociales más prestigiosos del mundo, con más de 400 miembros activos. La conocida activista Tonya Surman es la co-fundadora y directora ejecutiva del Centro. Es su líder más visible, además de pareja del director de Mozilla Foundation, Mark Surman.
Amalio Rey visito el Centro y hacia un comentario amplio en su Blog:
El CSI es una organización sin fines de lucro gobernada por una Junta de Directores que lo hacen de forma voluntaria, y se forma por personas con una fuerte cultura emprendedora, incluso empresarial. Su misión es crear un entorno que genere dinámicas de emergencia: “it’is all about setting the conditions for emergence”.
Su estrategia se resume en una pirámide de tres pisos. Empiezan en la base, creando el mejor espacio físico posible. A partir de ese espacio construyen una comunidad entre las personas alojadas. Y al mezclar las personas adecuadas con los valores correctos y el entorno idóneo, entonces fomentan la innovación.
El buque insignia del Centro es el CSI Spadina, las instalaciones que visité, con unos 2.150 m2 de espacio repartido en dos plantas. Allí se alojan más de 200 miembros a los que subarriendan un espacio alquilado. En mayo de 2010 compraron un segundo edificio de cinco plantas en Bathurst Street, que se conoce como el CSI Annex, con un espacio disponible de 3.350 m2 adicionales, y donde se ubican más de 200 miembros más. Han adquirido después un tercer edificio, el CSI Regent Park que se abrirá próximamente.
Un punto importante es la diversidad. Todo apunta a que es un driver imprescindible porque “genera descubrimiento”, y la comunidad del CSI carbura bien a partir de la fricción creativa que se produce entre sus miembros. En términos prácticos esto significa que la variable “diversidad” es crítica dentro de los criterios de selección de “tenants” o alojados en el CSI = A más diversidad de perfiles y sectores, más potencial de sinergias y de colaboración.
Un punto que puede resultar chocante dentro de esa búsqueda de diversidad es que en el CSI sostienen que las iniciativas con fines lucrativos y las que no lo son deben compartir un espacio común para que se nutran mutuamente. Así que están abiertos a las empresas que: 1) trabajan con intención transformadora en sectores de evidente valor social, 2) donan una parte de su tiempo a fines de interés público, 3) trabajan para clientes de perfil social. Estas organizaciones privadas (“profit”), que significan la tercera parte de la que radican en el CSI, responden al perfil de lo que ahora llamamos empresas sociales.
Los gestores del CSI están convencidos que mezclar “profit” y “non-profit” genera un efecto positivo porque las segundas aprenden de las primeras a mejorar su gestión y autonomía financiera, mientras que las primeras refuerzan su acento social gracias a la inspiración y el ejemplo que le dan las segundas. En esa línea, Jessica Hazen, del staff del CSI, afirma que es importante “ayudar a las entidades sin fines de lucro a entender que no deberían sentirse culpables por hacer dinero” pues todo depende de cómo lo obtengan, y para qué lo destinen.
Gil me ponía como ejemplo una empresa de ecoturismo en bicicleta (Sacret Rides) que se considera un proyecto social porque fomenta la práctica de vacaciones de bajo impacto ecológico. Ese mismo emprendedor creó una fundación para mandar bicicletas-ambulancia a África (Bikes without Borders) y gestiona una incubadora de empresas socialmente responsables para jóvenes (Project WildFire).
Así que, como decía, una buena selección de los que entran es muy importante para que estos hubs de innovación social consigan los resultados esperados. Paso a resumir los criterios por los que se sigue el CSI para aprobar a los nuevos miembros:
Como resultado de esto, en el CSI hay desde ONGs a empresas sociales (“lucrativas”), entidades de caridad o filantropía, y activistas independientes. Casi el 90% de las organizaciones radicadas tienen menos de 3 personas, porque son las que más necesitan este tipo de apoyo, y las que más disposición muestran a colaborar. Las actividades en las que más trabajan son el ámbito ecológico y medioambiental, la promoción de la cultura y el fomento de la justicia social.
Había dicho que, según la pirámide del CSI, en la base se buscaba concebir el mejor espacio físico posible, pero éste es un tema tan interesante que lo trataré en mi siguiente post; así que voy a concentrarme ahora en la segunda planta de la pirámide, la de “animación” de la comunidad.
En el CSI se hace mucho para generar conexiones que hagan que las oportunidades de aprendizaje y de colaboración germinen. El tono es importante, y lo explican así: “usamos un tono abierto, humano, profesional y positivo, incluso si tenemos que enviar un mensaje informando del aumento del alquiler (…) Nos aseguramos que la comunicación refleje también nuestros valores de que todos son importantes, y que todos pueden aportar algo”.
La animación de la comunidad prevé un ambicioso programa durante todo el año, y en especial actividades que ayuden a la socialización. Ahí van tres ejemplos:
El equipo directivo sigue una política de “leve empujón” (“our key is to adopt a light touch”), provocando la emergencia sin intervención paternalista. No busca una respuesta uniforme, sino que ofrece oportunidades para que cada cual llegue hasta donde quiera/pueda llegar.
Los más de 400 miembros ubicados en el CSI valoran muy positivamente el apoyo que reciben destacando sobre todo estos beneficios:
Además de esas ventajas, probablemente la más importante es que mejora el bienestar y la calidad de vida en su trabajo porque el lugar es muy agradable, la gente se siente acompañada, y produce un sentido de pertenencia que energiza todo lo que hacen. El espíritu que se respira en el CSI hace que sea “la casa de todos”.
Una lección fundamental es darse cuenta que si la única razón por la que la gente va a un centro de éstos es para ahorrar costes de alquiler o de servicios, algo está fallando. Por eso, el siguiente post va dedicado a un tema que me llamó poderosamente la atención en el CSI, y es cómo gestionan los espacios físicos para generar un entorno ideal que inspira a innovar.
En tal sentido y ampliando su Post se refiere a los espacios coworking en los siguientes términos:
Pero no vale cualquier espacio. Importa mucho cómo se diseña para que la innovación aflore. Asier Gallastegui suele hablar mucho de eso y lo explica bien en su post “Espacios que favorecen los procesos creativos”. También Ignacio Muñoz, mi compañero de eMOTools, explicaba con claridad en una de sus entradas que “un centro de co-working no puede ser un mero sitio para el alquiler de espacios”.
La gente con la que me entrevisté dice que el mejor sitio es aquel que “mezcla funcionalidad con fantasía”, para que sea realmente un lugar “energizante”. Los espacios, por ejemplo, tienen que ser abiertos para que inviten a seguir prácticas participativas y transparentes. No catedrales, sino bazares.
Está cuajando un movimiento que ellos llaman de “co-location”, que consiste en compartir espacios físicos de manera permanente entre varias personas y organizaciones independientes que les unen valores parecidos. Un ejemplo de esto son los “Multi-Tenant Nonprofit Centers”. Pero el CSI es más que eso, porque integra también el co-working (espacios temporales para FreeLancers y profesionales independientes) y el rol de incubadora (servicios comunes y soporte a los proyectos de los miembros).
Las instalaciones del CSI están accesibles las 24 horas, y la combinación de opciones para alojarse es muy flexible, con tres formatos: 1) “Offices”: oficinas privadas y cerradas, 2) “Permanent-desks”: escritorios en espacios abiertos y compartidos, pero de uso único por quien los contrate, 3) “Hot-desks”: escritorios compartidos, que no tienen propietarios, sino que se utilizan por cualquiera que los necesite.
Por cierto, ofrecen la posibilidad de que algunos paguen parte o todo su alquiler “en especie”, realizando trabajos o aportando servicios que son de interés para el CSI y la comunidad. Por ejemplo, dedicar parte de su tiempo a atender como staff en la recepción, o asumir encargos de diseño.
A mí me llamó poderosamente la atención lo bien optimizado que está el espacio, porque sacan provecho al más mínimo metro cuadrado, pero generando al mismo tiempo un entorno cálido y armonioso. Te invito a que veas las fotos que saqué durante mi visita y que subí a nuestro álbum de Flickr.
Les preocupa la viabilidad del proyecto en términos de autonomía financiera, pero su modelo de negocio es sencillo y funciona: alquilan o compran un espacio, que arriendan después a organizaciones y emprendedores. La renta incluye una serie de servicios comunes básicos que alivian las cargas administrativas de los miembros, pero éstos pagan un premium por los servicios adicionales que contraten. Los costes se gestionan con rigor, y nada de paternalismos acomodaticios. Gracias a eso el proyecto es un éxito, y sigue beneficiando a cada vez más emprendedores sin depender de subvenciones.
Veamos ahora lo más interesante. Las variables críticas que definen la idoneidad de estos espacios, según estudios hechos por el CSI, son éstas:
El co-working se basa en que la gente trabaje muy cerca físicamente. El modelo de referencia, y que a mí más me gusta, es el de los llamados “Hubs”, que se agrupan en “The Hub Network”. Tenemos en la capital un buen ejemplo, y que parece funcionar muy bien, que es el Hub Madrid.
Pero la idea de compartir espacios a base de “abrir” las oficinas y de crear zonas diáfanas con escritorios contiguos no tiene buen predicamento en nuestro país. Lo que a mí me atrajo del CSI choca bastante con la tradición española de aspirar a espacios aislados e independientes, y mientras más grandes, mejor. Aquí tenemos un sentido exagerado de la propiedad, no sólo por cultura, sino también porque es cierto que a menudo no se respetan los límites para que la convivencia sea satisfactoria.
Por eso, un tema que hay que tomarse en serio es el del ruido, para no castigar la productividad. En el CSI saben que un espacio compartido no es una biblioteca y que algo de ruido tiene que haber, pero establecen unas normas claras de autorregulación que deben respetar todos los miembros: Si vas a molestar con el teléfono, debes irte a una cabina especial. Si usas bienes comunes como la cocina, debes dejar todo en orden, tal como te lo encontraste.
Así que para que tantas personas juntas trabajen sin molestarse, y de forma armoniosa, han creado un entorno de autoservicio, donde la gente se hace co-responsable de lo que hace. En el CSI vi carteles, instrucciones y etiquetas por todas partes. En cada sitio hay una etiqueta que dice para lo que sirve, e instrucciones que definen las normas de uso compartido.
Al crear estos espacios conviene recordar que ya existe mucha superficie disponible fuera para oficinas, incluso más baratas. Así que ofrecer un buen precio nunca es suficiente. La clave está en dar un valor añadido en términos de comunidad, conexiones, servicios comunes de calidad, buena gestión, y sobre todo, un espacio agradable que mejore el bienestar de los que allí trabajan.
Yo echo en falta en España lugares como ésos, que tengan alma y sean entrañables. Lo que veo son oficinas clásicas, zonas comunes sin encanto, salones que parecen esterilizados, y espacios bastante insulsos, donde nadie se sentirá jamás como en casa”
Para sociaLab en Colombia todos los problemas tienen posibles soluciones, las soluciones crean valor y, el valor creado puede generar un negocio. Los negocios son sostenibles, por lo tanto pueden escalar sin la necesidad de recibir donaciones y, si éstos escalan masivamente, la solución creada puede ser distribuida a millones de personas, por lo que se genera bienestar de forma masiva. Entonces, todo comienza por un problema y es seguido de una solución. Identificamos, en conjunto a las comunidades más vulnerables, los grandes problemas que afectan a usuarios de bajos ingresos, convirtiéndolos en oportunidades de negocio, para luego co-crear soluciones.
En Social Innova han incorporado un amplio estudio y experiencias de casos, entre otros de Jaume Albaigès autor del blog TecnolONGia que afirma “A pesar de que a menudo el concepto innovación se asocia de forma preferente con el mundo empresarial, lo cierto es que innovar ha formado parte de la naturaleza humana desde el principio de los tiempos con independencia del grado de conciencia con el que dicha acción se llevara a cabo. En este sentido, cualquier organización es susceptible de desarrollar dinámicas innovadoras. La capacidad de hacerlo no depende, pues, de su forma jurídica ni de su sector de actividad, sino de la existencia en su seno de personas con predisposición a la misma y que, a su vez, encuentren las condiciones ambientales para ello.
En el tercer sector se han gestado en los últimos años multitud de iniciativas con un carácter fuertemente innovador, construyendo un entramado de experiencias agrupadas bajo la denominación de innovación social. Frente a una visión a menudo sesgada que tiende a presentar al tercer sector como un sumidero inagotable de recursos público-privados, la capacidad de estas entidades de responder a las nuevas demandas sociales mediante soluciones imaginativas -pese a la habitual limitación de recursos o precisamente a causa de ello- está suponiendo un valioso activo para mantener la cohesión social incluso en tiempos de crisis.”
Estudio Completo
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SINNERGIAK es un Centro de Innovación Social que nace con la vocación de fomentar la sinergia entre personas y organizaciones regionales e internacionales para llevar adelante proyectos y experiencias de innovación social en el País Vasco.
-impulsa el desarrollo del conocimiento en la innovación social mediante diversas técnicas de investigación orientadas a la acción y al desarrollo de modelos de gestión de la innovación social con capacidad de transformación.
-busca expandir competencias en las personas y el aprendizaje en las organizaciones territoriales a través de la práctica, la formación y la gestión de proyectos en diferentes laboratorios, concebidos como espacios innovadores de aprendizaje en innovación social.
-promueve espacios de contacto entre personas y organizaciones comprometidas con la innovación social, ofreciendo un marco para poner en común ideas, difundir proyectos y comunicar resultados y experiencias en innovación social.
El HUB es una comunidad internacional de emprendedores e innovadores sociales, con 31 espacios de coworking a lo largo del mundo, y una red profesional de más de 5.000 miembros. En HUB Madrid cuentan con 230 emprendedores y profesionales, con proyectos muy diversos que se enmarcan en diferentes ámbitos desde el cambio social y la sostenibilidad, hasta la tecnología, cultura y educación. Además, en HUB Madrid trabajan por la creación de un ecosistema emprendedor, tejiendo redes a través de la colaboración con entidades sin ánimo de lucro, empresas, centros educativos, ONG y organismos públicos.
The Community Bond is an innovation in social finance that allows a nonprofit or charity to leverage its community of supporters to pursue its mission, build its resiliency, and create more vibrant communities.
On this site you can learn about how the Centre for Social Innovation raised $2 million toward the purchase and renovation of a 36,000 square foot building in a whirlwind eight months, find out if Community Bonds could work for your organization, purchase the do-it-yourself guide book and templates, interact with other social innovators, find community investment opportunities, and more.
Financiación colectiva + colaboración distribuida
Goteo es una red social de financiación colectiva (aportaciones monetarias) y colaboración distribuida (servicios, infraestructuras, microtareas y otros recursos) desde la que impulsar el desarrollo autónomo de iniciativas, creativas e innovadoras, que contribuyan al desarrollo del procomún, el conocimiento libre y/o el código abierto.
Una plataforma para la inversión de “capital riego”, en proyectos cuyos fines sean de carácter social, cultural, científico, educativo, tecnológico o ecológico, que generen nuevas oportunidades para la mejora constante de la sociedad y el enriquecimiento de los bienes y recursos comunes.
Goteo se dirige a ti, a vosotros/as
A personas individuales, organizaciones de la sociedad civil y entidades públicas y privadas de ámbitos diversos, cuyo nexo común es su interés en el desarrollo de lo colectivo, el open source y/o la sociedad del conocimiento. Goteo parte de los modelos actuales del crowdfunding para articularse como una red social compuesta por agentes impulsores, cofinanciadores y colaboradores.
Como miembro de la red puedes desempeñar uno o varios roles, según el proyecto. Goteo principalmente ofrece:
Fuentes Abiertas = apertura | neutralidad | independencia
Goteo es una iniciativa gestionada por la Fundación Fuentes Abiertas, entidad sin ánimo de lucro creada para asegurar el mantenimiento de los principios de apertura, neutralidad, transparencia e independencia en el desarrollo y mantenimiento de Goteo y la gestión de su fondo de capital riego. La Fundación también promueve un laboratorio de experimentación aplicada en torno al procomún, el código abierto y el conocimiento libre en distintos ámbitos sociales, culturales y económicos.
El principal impulsor de Goteo es Platoniq, una organización internacional de productores culturales y desarrolladores de software, pionera en la producción y distribución de la cultura copyleft. Desde 2001, Platoniq lleva a cabo acciones y proyectos donde los usos sociales de las TIC y el trabajo en red son aplicados al fomento de la comunicación, la auto-formación y la organización ciudadana. Entre sus proyectos destacan: Burn Station, OpenServer, Banco Común de Conocimientos o S.O.S., todos ellos disponibles en la plataforma de metodologías libres YouCoop.
Para el desarrollo de Goteo, Platoniq cuenta con una importante red de apoyo, compuesta por agentes diversos. Entre otros, numerosas entidades como el Ministerio de Cultura, CoNCA (Consell Nacional de la Cultura i de les Arts de Catalunya), ColaBoraBora (Centro de Innovación Social de EUTOKIA), Instituto de Cultura de Barcelona, Medialab Prado, CCCB Lab (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona).
Una corriente internacional / emergente
Goteo forma parte de una corriente internacional de varias iniciativas digitales y offline que emergen tratando de reconfigurar el modo como nos relacionamos y progresamos social y económicamente, como son: el crowdsourcing, las redes peer-to-peer, los microcréditos, las monedas complementarias, la economía de la larga cola, las nuevas formas de economía solidaria, la cultura libre o los nuevos procesos de participación y sociabilización en un sentido amplio.
Se basa e inspira en una remezcla de experiencias significativas en torno a plataformas de crowdfunding como Kickstarter o de micropagos como Flattr, iniciativas de apoyo a proyectos de web abierta como los impulsados por Mozilla, las licencias abiertas como Creative Commons, nuevas plataformas de registro como Safe Creative o la economía distribuida en torno al open hardware.
Ashoka es pionero en emprendedores sociales, la mayor red internacional de Emprendedores Sociales Innovadores. Una organización global, independiente y sin ánimo de lucro que lidera la apuesta por la innovación y el emprendimiento social, construyendo una sociedad de ciudadanos que sean actores de cambios (Changemakers). Ashoka apoya el trabajo de 3.000 emprendedores sociales en 71 países. España, en la actualidad, da soporte a 23.
Visión
La visión de Ashoka es un mundo de actores de cambio. Un mundo en el que todas las personas se sientan con la capacidad, el apoyo y la libertad de actuar para mejorar su entorno y ofrecer respuestas a los problemas sociales más urgentes. Un mundo mejor y una sociedad más justa. Todo el mundo puede cambiar el mundo. Todos podemos ser Changemakers.
Ashoka apuesta por la construcción de un ecosistema para el emprendimiento social que sea profesional y competitivo. Un ecosistema que integre a la ciudadanía y a las instituciones públicas y privadas para liderar la innovación y el cambio social.
Enfoque
Para impulsar el cambio social a través de la innovación y el emprendimiento social, Ashoka trabaja en tres niveles: el apoyo individual a los emprendedores sociales innovadores, el impulso al emprendimiento colaborativo y en red, y la construcción de un ecosistema de emprendimiento social eficiente para resolver los problemas de la sociedad.+ Recursos y ebooks
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Ultima actualización 30/12/2012
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